Hace unos años, cuando estaba iniciando la primera vuelta de la elección presidencial que finalmente llevo a Rafael Correa a la presidencia de Ecuador, publiqué un editorial sobre cual era mi visión sobre hacia donde debería tender las acciones del estado buscando el bienestar de la población ecuatoriana, titulado "Hacia el Estado del Bienestar". Creo que los objetivos y principios ahi descritos están vigentes, aunque en medio de la campaña para la Consulta Electoral planteada por el gobierno, queda la duda de saber si el gobierno aun toma en cuenta los objetivos que hace unos años planteabamos al país.
En fin transcribo el editorial a continuación:
Hacia el estado del bienestar
A propósito de la Asamblea Constituyente y el socialismo del siglo XXI, creo es hora de definir hacia donde vamos, cual es modelo de sociedad y de estado hacia donde el Ecuador se encamina y cual debe ser el significado y el camino del llamado socialismo del siglo XXI.
¿Qué tienen en común sociedades tan diferentes como Estados Unidos, Europa, Chile, Uruguay, Singapur, Japón, Australia, China entre otras cuyos índices de crecimiento económico y desarrollo humano hace que se considere que forman parte o van a formar parte del llamado “primer mundo”. Y a su vez ¿que elementos aparte de la historia y tradiciones de cada pueblo los diferencia?
La economía de mercado y la democracia representativa son la base del país con mayor desarrollo económico del planeta, los Estados Unidos. Sin embargo, hace 80 años atrás, luego de la crisis financiera de 1929, los americanos comprobaron que eso no basta para garantizar un nivel de vida digno y adecuado para la población. Ellos se dieron cuenta que si el estado no impone reglas de juego claras, es fácil para las empresas ponerse de acuerdo entre si en lugar de competir, creando los famosos monopolios y oligopolios. Se hacía necesario que todos los individuos tengan iguales oportunidades de desarrollo, por eso el estado invierte enormes cantidades de dinero en programas de salud y educación gratuitas.
También se dieron cuenta que, en una sociedad altamente competitiva, muchos desempleados quedarían fuera de los beneficios del desarrollo, creándose cinturones de pobreza y miseria. Por ello se creó el llamado “seguro del desempleo”, es decir que el estado ayuda económicamente al individuo hasta que este pueda volver a trabajar.
A pesar del enorme desarrollo industrial, incluso en los Estados Unidos cerca de la mitad de la población vive de la actividad agrícola. Los americanos comprobaron que a pesar los enormes programas de desarrollo agrario que incluían préstamos a bajo interés, semillas, mecanización, etc., la mayor parte de la actividad agrícola no resulta económicamente competitiva. Enfrentados al hecho de que poco a poco la mayoría de campesinos terminarían por migar a la ciudades, en donde tampoco la cantidad de empleos disponibles es suficiente, crearon los llamados subsidios agrícolas, es decir ayudas directas o indirectas que el estado da al agricultor para que este se mantenga en su actividad y pueda tener una nivel de vida digno.
Aunque en la actualidad se han impuesto las tesis del liberalismo económico que subraya la necesidad de fomentar competitividad y la inversión extranjera, hay que hacer notar que las bases del “estado de bienestar” no se oponen a estos principios.
También cabe destacar que los principios antes expuestos: Apoyo a la salud y educación, Seguro de desempleo y Subsidios agrícolas, están vigentes en mayor o menor medida en absolutamente todos los países cuyo nivel de vida o de crecimiento económico son considerados como un ejemplo a seguir para el Ecuador. Así por ejemplo, Chile desde la dictadura de Pinochet mantiene subsidios agrícolas y desde el gobierno de Ricardo Lagos puso las bases del seguro de desempleo. Uruguay desde la primera presidencia de Tabaré Vásquez puso las bases del seguro de desempleo. Estados Unidos y la Comunidad Económica Europea, en el transcurso de las negociaciones en el seno de la OMC, aunque impulsan la necesidad de fomentar el libre comercio, se han negado a negociar cualquier tratado que implique el fin del sistema de subsidios agrícolas.
El objetivo del “socialismo del siglo XXI” en el Ecuador debe propender a corto plazo a la formación de un estado eficiente y sólido, con:
- Una verdadera democracia con un gobierno central, congreso, gobiernos seccionales, etc., verdaderamente representativos.
- Un sistema de tribunales y organismos de control que detengan de raíz la corrupción.
- Un entorno económico que garantice la estabilidad, la inversión nacional y extranjera, la competitividad y el libre mercado sin dejar de lado la obligación de controlar los abusos y evitar los monopolios.
- Una política fiscal que destierre la evasión fiscal y el contrabando.
- Un sistema de salud y educación estatales gratuitos, universales y eficientes, esto muy aparte de lo que la iniciativa privada pueda impulsar dentro de esas áreas.
- Un sistema de seguridad social estatal eficiente, económicamente sustentable y solidario.
Estos objetivos son básicos y como se dijo antes, a corto y mediano plazo. Sin embargo, sin cambiar estas bases, si nos consideramos socialistas, tenemos que considerar que el Ecuador no puede quedarse ahí, es necesario además impulsar los principios del estado de bienestar, es decir:
-Incremento del bono de desarrollo y fusión con un sistema universal de aseguramiento que lo transforme en un seguro de desempleo equivalente al de países más desarrollados.
-Fomento a la agricultura, especialmente a la menos sustentable, entregando subsidios agrícolas para los cultivos menos competitivos como los minifundios de la sierra central por ejemplo.
Esas son, a mi entender, las bases del “Socialismo del Siglo XXI”……….
Jorge Vinueza
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